Recuerdos y vivencias en Moto. Para entretenerme/nos un ratillo...

sábado, 30 de abril de 2011

Nunca tomes el Camino más corto...


    
…o te perderás lo mejor!


Esta idea, que junto a la de rehuir las autovías todo lo posible son las premisas básicas con las que planteamos nuestros viajes en moto, marcó la ruta que, auspiciada, preparada y guiada por el amigo jfran iniciamos el pasado domingo desde la zona de Murcia con destino a la serranía conquense, con la compañía inestimable de mi paisano y amigo Marcos y su incombustible K75…

Ciertamente, la ilusión y expectativas puestas por nosotros en este paseo dominical eran muchas, pero al final la realidad las acabó superando, hasta el punto de que los 900 km previstos inicialmente acabaron convirtiéndose en algo mas de 1.100, ya que no tuvimos inconveniente en improvisar y añadir mas kilómetros de disfrute a los que ya llevábamos –es posible que sean algunos menos, ya que el marcador de mi moto se muestra algo generoso a la hora de contabilizarlos, pero la verdad…poca importancia tiene!.-.

Está claro que cada cual de nosotr@s vive la moto y lo que la rodea de forma diferente, pero puedo aseguraros que lo que vivimos ayer, para mi, y mi forma de entender los viajes en moto, lo que hicimos se asemeja bastante a lo que sería –de hecho lo ha sido- una salida perfecta…

Empezando por la compañía, gente dispuesta a hacer kilómetros sin importar el destino, a recoger sensaciones y disfrutar de los paisajes que surgían a nuestro paso sin siquiera detenernos en ellos, simplemente disfrutando y gozando del placer de viajar por viajar…en moto, claro…sin alterar nada, sin dejar siquiera que nuestra presencia fuese mas que una imagen leve y fugaz, pasando por el día que se presentó dispuesto a colaborar, con unas temperaturas agradables, la casi total ausencia de aire, la belleza de toda la ruta, el buen estado general de las carreteras –aunque tuvimos la oportunidad de rodar unos kilómetros por una pista de tierra que en el mapa de turno aparecía marcada como carretera- la “ligera” comidita de que disfrutamos…hasta incluso, el Guardia Civil que nos paró antes de llegar a Cuenca, y que posiblemente percibió bajo el casco la felicidad motera que nos embargaba y no nos dejó ni siquiera parar el motor, dándonos vía libre mientras su compañero empapelaba a una pareja que se desplazaba en un África Twin y que no parecía tener tanta suerte…

Intentaré reflejar aquí algo de lo que disfrutamos con algunas fotos, tomadas casi sobre la marcha, ya que para completar la ruta las paradas tenían que ser más que ligeras, aunque la verdad, al menos a mi ni me apetecía siquiera parar…

Las siete de la mañana fue la hora en que me encontré con Marcos en el sitio acordado, preparados para salir hacia Lorca donde habíamos quedado con jfran, e iniciar la ruta pasando por Caravaca de la Cruz –los 12º que marcaba el termómetro poco antes de nuestro paso por allí acabaron de espabilarnos; con el equipo de verano y una camiseta de manga corta no teníamos precisamente calor-; en Calasparra pudimos ver los arrozales recién plantados y anegados los bancales gracias al mermado caudal del Río Segura, sobre cuyo cauce pasamos en dirección a la Venta del Olivo, donde fieles a nuestros principios viajeros no nos incorporamos a la autovía, sino a la antigua nacional que circula paralela a esta y que nos llevo, salvando algunas rotondas, hasta Tobarra, ya en la provincia de Albacete, y donde empezaba el verdadero disfrute, al coger la carreterita que va hacia Ontur, donde la luz oblicua de la mañana nos mostró unos paisajes plagados de viñas, lejanos almendros y diversos cultivos que acabaron por disparar nuestra percepción hasta el punto de que casi teníamos dificultad en prestar la debida atención que requiere el negociar las curvas de la carretera que  aparecían a nuestro paso…

Fuente Álamo, Montealegre del Castillo y las cercanías del Santuario de Belén fueron testigos de nuestro paso, antes de detenernos en Alpera, con la clara intención de repostar, tantos nuestras motos como nuestros estómagos y ciertamente pudimos elegir entre la variada oferta de alimentos, unos autóctonos y otros no tanto…

Inmediatamente después iniciamos la marcha por la carretera que nos llevó directamente hasta Alcalá del Júcar
Lugar adonde llegamos después de disfrutar debidamente de los paisajes y de las fabulosas curvas que la jalonan…


Ciertamente, la belleza de este rincón bien merece algunas fotos...




Casas Ibáñez, Villarta, Villanueva de la Jara, Motilla del Palancar, son otros hitos que fueron quedando atrás en nuestra grata marcha hacia Cuenca…En este tramo del camino nos llamó poderosamente la atención la presencia de las amapolas, que teñían algunos tramos de un color rojo sangre que parecía surgir a borbotones por encima del cereal…

Llegamos a Cuenca sobre las 10:15, e hicimos una paradita –rápida, una vez más- para dejar constancia de nuestro paso por allí, con la típica y tópica foto de rigor…446 kilómetros constaban ya en nuestro haber del día…



Reemprendimos la marcha bordeando el río Júcar en dirección a la Sierra…ensimismado en mis pensamientos, y disfrutando de la belleza del paraje, apenas pude percibir que de repente comenzaba a nevar…¿Nevar…? ¿Con 26 grados y un sol radiante…?...En realidad eran los chopos de la orilla del río, que nos obsequiaban con una blanca nube primaveral sin importarles para nada el picor de nariz que a mas de uno nos acompañó desde ese momento…

Después de degustar los bravos parajes serranos con los que nos obsequiaba la zona, la Laguna de Uña requirió nuestra atención, atención ensimismada al contemplar sus límpidas aguas por breves instantes, eso si, que no podíamos dejar enfriar el motor de nuestras monturas…





Volvimos a detenernos poco después, en el mirador del Embalse de La Toba, donde incluso pudimos ver gente bañándose…




Mucho lamenté no poder detenerme más, ya que la increíble carretera y los verdosos parajes por los que circulábamos bien merecían la pena ser recogidos por la cámara de fotos, pero aún quedaba mucho por recorrer y no estábamos dispuestos a renunciar ni a un solo kilómetro de lo dispuesto…

Tragacete y los Montes Universales nos abrieron la puerta al Alto Tajo, que recorrimos brevemente en nuestro camino hacia Beteta, con las impresionantes Hoces que llevan su nombre…



 Tampoco se queda atrás en espectacularidad la Hoz de Priego...





...Donde algunos ya no sabían que postura coger para aguantar encima de la moto...



Eran las 3 de la tarde, y por aquí andábamos...


Y claro, llegó la hora de comer.

Y para reponer fuerzas, que mejor que un apetitoso (y monumental) San Jacobo de Casa Goyo, en Alcocer, el magnífico sitio a donde nos llevó jfran...:


Tuvimos que hacer un pequeño sacrificio y tomar algo de postre...


 Eran las 6 de la tarde cuando con el estómago lleno y 630 km en nuestra cuenta particular iniciábamos la ruta de regreso...ruta en la que no me extenderé demasiado, pero que siguió la tónica de todo el día...buenas carreteras -aunque una desapareció de repente volviéndose pista, que por supuesto seguimos- y continuó la borrachera de paisajes de todo tipo, aunque en el último tramo predominaba el cereal...


 A ver, de verdad...no os dan ganas de rodar...


 Y esto es todo, amig@s...  Os dejo una última foto con el sol en declive:



Después de acompañarnos durante todo el día, la jornada tocaba a su fin...A las 11 de la noche, 1.105 km después, con algo de cansancio, ampliamente superado por la satisfacción interna que sentía, volvíamos al punto de partida, con un bagaje de vivencias que ya es nuestro para siempre...

Y una última cosa:

Vivimos en el País de las Maravillas, y podemos recorrerlo en Moto...

¡Qué más se puede pedir!!



Los hechos aquí narrados, todos ellos reales, sucedieron en el mes de Mayo del año 2006.



1 comentario:

  1. Puff, que pasada de ruta!!! tengo ganas de marcarme yo una así.

    Peazo San Jacobo jajaja

    Me encanta la forma de narrar la crónica. Enhorabuena.

    Un saludo.

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