Un Amanecer Africano... en Murcia.

Eran las seis de la mañana cuando sonó el despertador.

No fue fácil dejar la cama, la noche anterior no me había acostado precisamente temprano y el cansancio hacia mella, pero el aliciente de saber todo lo que me esperaba ese día y la ilusión por vivirlo hizo que me incorporase con prontitud.


Preparativos, olvidos, que si llevo la cámara, que si no me he puesto los guantes... A las 6:45, aún de noche, me ponía en marcha.


El fresquito de esas horas me revivía, a la vez que me hacía olvidar el calor del día anterior, ya que a pesar de estar a primeros de Abril, una pequeña ola de calor africano se estaba paseando por la zona, haciendo que los termómetros llegaran a marcar 36º.

Como de costumbre, rehuyo la autovía, y los primeros kmtros los hago por la antigua Ctra Nacional Murcia-Granada, que además de estar desierta, como no podía ser de otra manera, es todo curvas, y muy divertidas...

Los trasnochadores, vivarachos y suicidas conejos de la zona se empeñan en jugarse el físico, atravesando el asfalto a la carrera, asustados por la repentina aparición del luminoso vehículo de dos ruedas a tan intempestiva hora.

Pronto me doy cuenta de que estoy despierto del todo, ya que mi ritmo por esas curvas, de noche y con ruedas de tacos es más alto de lo que la prudencia aconseja, así que toca aminorar...


Surge a mi derecha la carreterita que me ha de llevar al sitio elegido para ver amanecer mientras hago unas fotos, que tal era mi primera "misión" en este día que aún no había nacido...


Tras un sinfín de curvitas -la carretera discurre ya por las montañas, viejas, romas y desgastadas en su inmensa mayoría que hay en el triángulo formado entre Velez-Rubio, Lorca y Puerto Lumbreras-, mientras las primeras luces del día empiezan a pintar de forma más que tenue en el horizonte, llego al lugar elegido para descubrir que...he fallado en mis previsiones.


Y es que el sol, tan caprichoso él, no está dispuesto a aparecer por donde a mi me interesaba, sino justamente por el lado contrario, con lo cual mis esperanzas de reflejar una determinada forma del paisaje en las fotos se ha ido al traste por completo.

Ni tan siquiera me detengo. Continúo mi marcha por las pistas de la zona en busca de un lugar que me guste, que sirva a mis propósitos, pero éste deseo no se va a concretar a las primeras de cambio.

Un camino cortado. Toca retroceder sobre mis propias rodadas.  Ahora, durante varios kilómetros circulo entre la pinada, sin posibilidad de ver el horizonte; empiezo a acelerarme, ya que la hora del amanecer se aproxima inexorable y veo que el astro rey se va a presentar antes de que yo pueda echarle el ojo...

En éstas estamos cuando descubro una pequeña senda que arranca del camino y parece ascender hacia la cima de una colina... a priori parece un buen lugar, aunque la senda es estrecha, rota, y parece que tan solo las motos de Enduro se han atrevido a subir por ella, pero... allá que voy.

Efectivamente, la ascensión es algo complicada, el agua ha roto las roderas y tan solo hay un pasillo pequeñito del que no te puedes salir, so pena de perder el control de la moto e ir al suelo. En cierto modo no deja de ser divertido, un aliciente más, de no ser porque después tengo que volver a descender por el mismo sitio, y eso ya me hace bastante menos gracia...

A media subida por esta senda, llego a un lugar que parece apropiado para lo que busco, y allí me quedo.

Faltan pocos minutos para que el sol aparezca y lo he logrado, estoy allí. Bueno, estamos, que la moto también cuenta...

Mientras hago una composición de lugar, y reconozco un poco la zona, me sorprendo al girarme y ver que el día empieza, el sol hace su, en principio, muy tímida aparición...

Aunque poco a poco va siendo más significativa su presencia...

 

Finalmente, no deja lugar a dudas, el Astro Rey está dispuesto a alumbrar y calentarnos un día más

Es entonces cuando pienso en la cercanía de Africa, que la tonalidad y colores del cielo me traen a la mente, y es que relativamente no está tan lejos. Además, como ya he comentado, estamos "padeciendo" una pequeña ola de calor procedente de allí, con polvo en suspensión incluído el cual contribuye a crear esa especial atmósfera reflejada en las fotos.

No puedo por menos que poneros unas fotos y no comentarlas, creo que no es necesario. Son colores de Africa, en Murcia:

Poco importa que no sea un baobab, sino un viejo y seco almendro, al menos para mí, lo que ésta foto transmite a mi retina es abrumador, de una fuerte belleza:

Y lo estoy viviendo allí, en directo, gracias a que un buen día me convertí en motard aficionado, y éstas amigas de dos ruedas me han dado muchas satisfacciones, y la de este dia ha sido de las buenas

Tocaba continuar. La senda por la que había llegado hasta allí me esperaba para regresar al camino...

Os aseguro que la foto no hace justicia a la pendiente que en realidad había.

El paseo continuaba, y ahora me hizo regresar a la "civilización" y al asfalto, tomando contacto con ambos en la pedania de El Consejero, en Lorca.

En la foto se aprecia el Puente de los 17 Arcos que allí hay, y se adivina la silueta del Castillo de Lorca al fondo

Y hasta aquí hemos llegado, aunque mi paseo continuó ya que mi siguiente objetivo y el motivo que en realidad me hizo arrancar la moto este dia era asistir a un Encuentro preparado y propiciado por los amigos de MotosTrailMurcia, aunque esa es... otra historia.

Eso si, creo que no tardaré mucho en buscar un nuevo amanecer, y si es tan espectacular como éste, tanto mejor.

Nos vemos en el camino...

Todas las fotos AQUÍ.

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